minifulbín

nunca mejor puesto el nombre torneo de verano: todos los partidos son playeros. los jugadores no se conocen y tratan de dibujar algo con esfuerzo, ansiedad y bastante patetismo. fútbol zero. zero azúcar, zero miel, zero edulcorante. creo que hasta los dt sienten un poco de vergüenza: cuando los enfoca la cámara se les nota que están incómodos y en sus adentros resuena un “yo también sé que éssssto es una mierda”.

pa pior la cancha es un asco, mejor si fuera de arena, o tranquilamente podrían ser los adoquines de banfield donde saponi se tiraba a los pies sin ningún miramiento por su propio cuerpo. lo comprobé un día que dije: -si éste se tira así, yo lo corto... y bue, me tiré a los pies en los adoquines: la unión del fémur a la cadera me dolió un mes, la rodilla un poco menos, el tobillo se convirtió en un raspón y el codo en un moretón. igual, está mejor el potrero al lado de las vías que la cancha donde se juega el fulbito pedorrín del verano.

y no es solo una falta de respeto total por el nabonado a la teve de cable, usar una cancha en esas condiciones para jugar fútbol profesional es una falta de respeto a los que van a la cancha, a los jugadores, al aguatero, al cabezazo de zidane, al fútbol.
-¿cuánto se recaudó? pregunta el relator.
-265.000 pesos, se vendieron 9 mil y pico de entradas, le responden.
y, por el fútbol que ofrecen, son las entradas más caras de la historia de la humanidad, porque esos diez mil tipos y los nabonados pagamos por nada. por nada de nada.

cualquier partido que se juega al costado de la vía es lo mismo que el fulbín del verano, claro que mirarlo es gratis, no como este minifulbín que vende fox sports. (y, qué querés, acá es así: nos roban la plata, nos cogen con la pija muerta, nos comen crudos, nos chupan la sangre, nos rompen el orto, nos parten al medio, nos hacen cagar, nos venden pato por liebre (-¡¿y éstas plumas?... –es que ésta liebre es aborigen), nos cortan las piernas, nos abrochan, nos empernan, nos garchan... nos siguen pegando abajo. abajo y arriba.)

y el relator, como si mi vista no bastara, dice: -en fin, fernando, ha sido poco. yo agrego, pero claro que no cobro por agregar: no ha sido nada. pero nada de nada.

ah, sí, ha sido casi una estafa.
en fin, fernando, sobra el casi.