cada vez me importa menos la derrota deportiva. también la victoria me importa cada vez menos. ¿será porque las del fútbol son falsas derrotas? ¿unas pequeñas derrotitas infantiles? puede ser... las derrotas personales son más dolorosas, mucho menos falsas y bastante más didácticas. pero acá estamos nosotros, para demostrar que este derrotero llamado mundo, también puede ser una victoria.
bienvenidos al mundo implacable, sereno e intratable, cual federer contra del potro, que nos hace llegar deprimidos al mismo inicio, es decir, nada empezó pero ya estamos perdidos, cansados, abatidos, desganados. sí, la derrota está marcada en nosotros, entonces ¿de dónde va a salir la energía que necesitamos para realizar semejante tarea imposible?
y aquí comienza la carrera de la imaginación y qué hay: nos topamos con la gran filmus, o la derrota épica:
-soy el mártir perdedor, pero sabélo guacho! yo ya era mártir y perdedor mucho antes de empezar. y perdí, sí, perdí... pero qué manera de perder! de todas las derrotas posibles no se podía esperar una derrota mejor que la nuestra.
estamos tan entrenados que siempre encontramos la manera de ganarle hasta a la derrota más miserable, cuales hinchas de chicago gritamos: ¡me ganaste, me mandaste al descenso, me derrotaste, estoy a la miseria, pero cómo te cagué a piedrazos eh!
estamos tan acostumbrados a esquivar la derrota que tenemos un catálogo inmenso de pseudos victorias para gritar hurra desde el fondo del tacho:
* laburo 17 horas por día, igual que un obrero clandestino textil, pero al menos gano tres lucas /// sí, vivo en la villa 31, pero no estoy en la 1 11 14.
* el amante se coge a mi mujer mejor que yo, pero a él no le lava la ropa /// éstos también se van a afanar todo, pero por lo menos la paralítica tiene linda sonrisa.
* no viviré en una isla de agua transparente y calentita, pero mirá el emegé 2000 calorías que me compré /// me quedé en la calle, no tengo amigos, ni trabajo, ni casa, nadie que me quiera ni nadie para querer... y sin embargo, qué linda está la noche!
claro que no todos vemos victorias donde no las hay. aunque siempre rondará un inútil triunfalista que dirá, mientras nos mira deshechos en el asfalto después de habernos arrojado al vacío desde un piso veinte: -te hiciste mierda, pero qué estilo para saltar che. o el monstruo que pronunciará, al vernos convertidos en linyera: -qué increíble, qué persona más culta.
la variedad de derrotas posibles es inconmensurable, pero todas todas se pueden convertir en victorias:
-sí, hace quince torneos que pierdo en primera ronda, pero me la cojo a klosterboer (éste ganó en serio: entre jugar al tenis con cañas o garcharse al bomboncito...).
es difícil imaginar a un iraquí cantando victoria, pero si se encontrara con uno de nosotros, le diría: -sí, los invadieron, les mataron 2.000.000 de personas, les destruyeron todo el país, pero cómo bajó la popularidad de bush.
y, sí, es difícil imaginar un iraquí... pero acá! acá no pasa nada papá! si nosotros para la derrota somos los campeones del mundo.
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hay equipo! está el coco y a venezuela llevamos cantidad de jugadores. jugadores posta. siempre me pasa cuando está el coco: van los jugadores que yo creo que son los mejores puesto por puesto. y me gusta, pá qué negarlo. si ganamos bárbaro. si perdemos me chupa la poronga (y los cago a piedrazos a todos).
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qué embole wimbledon!
un detalle: ¿por qué las mujeres cuando descansan entre game y game se ponen una toalla para que les tape la bombachita?
si quisieran evitar miradas podrían tranquilamente usar bermudas, o shortcitos como la gaby loco. claro que los televidentes preferiríamos las calzas blancas transparentes, o por lo menos que alguna se decida a ponerle picante al exasperantemente prolijo wimbledon y muestre la concha al aire para 170.000.000 de teleespiadores (así tenemos algo que mirar mientras a los gringos se les llueve el comedor).
de todos modos sugerimos algunas respuestas posibles:
-se tapan porque no quieren que se les vea la siluetita de la concha (o siluetón, depende de qué monstruo hablemos).
-las chicas tienen tantos músculos, tanto entrenamiento, tanta fuerza, que ya les creció una poronga y no quieren mostrar el bulto.
-no se quieren tapar, les transpira mucho la concha.
-se quedaron sin siempre libre (y no sabés qué catarata, qué sangrón, porque a mí, cuando me viene, me viene).
en cuanto a flexibilizar la corrección en wimbledon, los varones podrían protestar mostrándole la poronga al juez ante un fallo desacertado o directamente jugar desnudos como adanes cuando les interrumpen el partido por décima vez en el día por lluvia.
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nadal y soderling jugaron un partido que duró cinco días. una situación contranatura que solamente se puede sostener con flema inglesa, impresionantes compromisos comerciales y escasa fortaleza gremial de los jugadores. lo único seguro es que no fue un partido de tenis, fue otra cosa.
nadal es un jugador excelente, increíble. es un gladiador y para ganarle hay que pegarle un tiro. llega a todos lados y saca tiros mágicos desde las posiciones más desfavorables. un verdadero prodigio, pero... (el autor sonríe mientras frota sus manos).
depende mucho de su físico, de su pimienta, de su picante. se nota en wimbledon donde no tiene tanto tiempo para llegar: juega al límite de su cuerpo y de su psicología, y se advierten signos de que se podría frustrar si le juegan mejor que soderling (y soderling le jugó bárbaro).
nadal es un monstruo, pero depende mucho de su explosión física, de sus ganas. por ahora tiene mucho de todo. en algún aspecto me hace acordar a topadora roddddick y su aparición a pura potencia. ahora ya pasó un rato y annnndy ya no puede. muestra que tiene ganas, hasta connnnors le cree que tiene ganas, pero le falta pimienta y el tenis no le alcanza. ahora es muy bueno, pero la cima queda cada vez más lejos annnndy (¡¿a quién contratarán ahora para la próxima publicidad de rolex?!). además, claro, está rogelio, que es el tenis.
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el comercio justo es así: yo gano vos perdés