11/11/2005

Los alemanes cagan y los ríos se llenan de cocaína

Fotografía exclusiva de eltocomocho: momento preciso en que un alemán caga merca en un río.

Fijate qué cagás: te están controlando

Los alemanes cagan y los ríos se llenan de cocaína
La sustancia que delata a los alemanes viaja por los retretes hacia las depuradoras de aguas residuales y luego a los ríos. Los científicos descubrieron tras dos semanas de exámenes químicos que en la región de Colonia y Düsseldorf, la más poblada del país, con 38,5 millones de habitantes en total, se consumen 27 kilos de cocaína por día. En Londres son solamente dos kilos. Los habitantes de Berlín, metrópoli del arte y del nuevo encanto alemán, se portan mejor. Su consumo de la droga de moda se limita a unas 4.000 rayas diarias, unos 400 gramos.
El director del instituto, Fritz Sörgel, informó a la versión online de Der Spiegel que el Rin porta 11 toneladas de cocaína al año. Su valor de mercado equivale a 1.640 millones de euros.
fuente: http://www.elpais.es/articulo/elpporgen/20051111elpepiage_1/Tes

Reflexión final: ¡Qué al pedo están los científicos alemanes!

El pintor increíble es Julian Beever (gracias Lingenieri Gus)


Habíamos lanzado un pedido público a ver si alguien podía averiguar quién era el pintor de las tizas que nos dejó con la boca abierta.
Lingenieri Gus lo logró: ahora sabemos que el gran pintor callejero se llama Julian Beever, es inglés y pinta sus increíbles obras efecto 3D por las calles de Europa. Pero no solo eso, también hace murales y pintura tradicional. Está bueno ver que el tipo pinta modelos deformes que vistos desde una perspectiva correcta convierten la pintura en 3D -la tierra, en las fotos-. Acá va una muestra de sus trabajos.
Si quieren ver más obras: http://users.skynet.be/J.Beever/index.html
Además, el pintor tiene su lugar en wikipedia
http://en.wikipedia.org/wiki/Julian_Beever
Eso sí, todo in english.

Porque no tenemos nuestro propio repo a Manu Chao


El Colo Damore se disfrazó de mago. Nos acreditó y nos pautaron una nota con Manu Chao. Hacía mucho tiempo que no pensaba que el periodismo valía la pena: Manu es uno de mis artistas favoritos. Cuando llegamos nuestra acreditación no estaba y nuestro prestidigitador fue a hablar con los organizadores y sacó de la manga tres entradas para campo. Se calentó:
–Nosotros venimos a trabajar, no a ver el show, alegó el Colo, y agregó: -¿Querés que laburemos saltando entre 10.000 personas?
Siguió la función del mago: esta vez sacó de la galera dos plateas. Y claro que vimos el show y lo bailamos y lo gozamos, aunque nadie nos quitó el embole de no haber tenido nuestro reportaje a Manu Chao.
-Pero qué quieren, si hoy los rebotó a Pergolini y a Andy (Kusnetzov o como mierda se escriba) que también le querían hacer una nota.
Parecía que teníamos que aceptar la negativa a los famosos como justificación de que no había nota para los anónimos. Pero la cosa es así. Manu no da notas.
Y bue, así fue como cagamos con la nota. Fuimos, vimos, bailamos, gozamos, pero con Manu Chao, de hablar ni hablemos. Es una lástima, me había ilusionado.