parece nomás que se tranquiliza la crispación de la revolución cabezahueca, parece que los que se creen dueños de la argentina dejarán de hablarme en cadena nacional todos los días a las ocho de la noche. menos mal.
igual ya me estaba defendiendo solito: a las ocho menos tres segundos apagaba la tele instaurando dentro de mi hogar el horario de protección a la democracia, y de paso me evitaba la vergüenza que siento por la degradación periodística en la que incurrieron muchos colegas que se la pasaron fogoneando cabezas de pájaro. periodistas cabezas de pájaro que fogonean ciudadanos cabeza de pájaro.
y los tipos que armaron todo este quilombo, volvieron a amargar a toda la argentina. son siempre los mismos que nos amargan una y otra vez. esta vez ponen como excusa el conflicto de los agroexportadores, pero siempre encuentran una excusa para conspirar contra la posible felicidad del conjunto, ya que nunca podemos llegar a ese misterioso lugar llamado felicidad. parecería que su alegría solamente surge de ver mal al otro. bah, no sé, lo que sí sé es que siempren amargan, angustian, fastidian y hacen daño.
sus acciones nunca son constructivas, son crispados, prepotentes, maliciosos y perversos, pero no les importa un pepino, se creen lo mejor del mundo, los dueños de la verdad. una verdad que tratan de imponer, como siempre, más por la fuerza que por la razón. y acá está el problema central: los tipos están vacíos, no tienen contenido. parece una boludez, pero están completamente carentes de ternura. y no se dan cuenta que están hipnotizados de sí mismos.
ahora parece que vamos a poder volver a hablar de los boston celtics, que ganaron la nba con un equipo maravilloso, o de las eliminatorias ¡le empatamo de visitante le empatamo!, o de que un equipo de tucumán volvió a primera división, o de lo que se nos cante el orto, pero por favor, no quiero oir hablar del campo por unos dos mil años.
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