coca cola dice que es hincha de la selección argentina, pero es mentira (estoy muy sagaz).
quilmes dice que es hincha oficial de argentina, pero es mentira (hoy la descoso!).
visa dice que quiere a la argentina más que belgrano, pero es mentira (la quiere más al estilo videla, viste).
¿por qué mierda van a hinchar por argentina? ¿porque son amorosos?
-uuuuuuuy, qué buenos son, quieren lo mismo que yo, somos lo mismo, cuántas coincidencias, cuánta empatía, me quieren, me aman, denme más...
yo prefiero cuando la publicidad habla del producto, no de mí. onda: caramelo sugus azul, con gusto a ananá. punto. otra cosa: un hincha no saca rédito económico de su condición de hincha.
y les hago una propuesta, señores anunciantes, ya que me quieren tanto: por qué no me dejan de romper las pelotas?
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“si cantas victorias, lloverán derrotas” proverbio santiagueño, anónimo, 1280 a.C.
me regocijo en la derrota porque la victoria estaba cantada (claro, nadie imaginaba que al final cantaba iliana calabró). todos los medios daban por muerto a brasil: argentina potencia, nos comemos a los chicos crudos, no ves que son una mantequita. hasta se hacían los graciosos hablando con desprecio del equipo brasileño. así es la confianza del idiota.
ahí tenés ricura, nos rompieron el orto. nos marcaron como los dioses, el temible ataque argentino, los fulbipibes, no vieron una contra la impecable defensa de los brasucas. ahí tenés gritón, pero acordate que hay pocos errores más infantiles que dar por muerto al que está vivo, y el que da por muerto a brasil está enfermo o no sabe nada de fútbol. pero hay tantos que hablan porque les pagan, que algo hay que decir.
a los tres minutos, todos los que habían preparado los festejos del título argentino se miraron preocupados, empezaron a entrarle rápido a los sanguchitos de miga y a vaciar las copas, porque se veía que la fiesta se terminaba temprano. julius baptista, de contra, nos aplicó de entrada, sin vaselina, pijazo duro y preciso. un amaguecito para dejar a ayala durmiendo la siesta y al pato se lo comió asado (de pie, no al asador, a la estatua).
equipo traumatizado, asustado, y a sufrir, todo sufrimiento. ¿uia, estos troncos podían meternos un gol? no, no puede ser. y el equipo va: juan román una de zurda en el palo y otra de derecha pero doni dijo no. ah, te asustaste no? no vas a creer que es todo lo que tenemos para vos brasilerito... pará un poquito que hay mucho más para vos...
¿mucho más? no había nada más. o sí, había algo más: sufrimiento. heinze casi la clava en el ángulo (claro, en nuestro ángulo, por suerte le rebanaron los pies de chiquito y la erró) y ayala, apurado por reivindicar al gringo, se tira de lejos y la clava abajo, al lado del palo, inalcanzable. lástima que fue en nuestro arco. brasil dos a cero y ni siquiera tuvo que meter el segundo gol: dejá boludo, no te calentés, lo hago yo.
después... bueno, lo mismo: contragolpe de brasil y sufrimiento argento. brasil no hizo mucho pero nosotros no los pudimos nunca: no se la dejaron tocar a tevez, no se la dejaron tocar a messi, no jugó román, la bruja muy poquito... nosotros nada. y en una, entre muchas, la hicieron bien de contra: escapada de wagner love (no tenés nombre guacho) toque para alves que la cruzó lejos del pato y cerca del palo, tan cerca que entró. tres cero. final. alegría brasileña.
fuimos con todo lo que tenemos. jugamos muy bien. llegamos al subcampeonato. ¿tá mal? parece que sí. nuestros jugadores son tan espléndidos, tan ganadores, tan top, que no reciben medallas de plata.
-yo, medalla de oro o nada, estoy muy acostumbrado a ganar, viste...
es una pena que se desmerezcan a sí mismos, que desmerezcan sus logros. su despreciado segundo puesto, es el mismo desprecio que sienten por sí mismos. ¿cuál es la diferencia entre el jugador y el resultado? querían ganar, sí, pero no pudieron, entonces son una mierda.
así somos acá: cuando ganamos es lógico porque “somos los mejores”, cuando perdemos autodesprecio total. queremos demostrar que nos va la vida en el juego, pero no es más que impostura. mal que mal, todos nos damos cuenta de que es un partido de fútbol.
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varias veces el amor tocó la puerta
pero lo desoía.
no quería revivir la invalidez
nada de combustible para esa chispa
conozco el dolor inmenso
testigo de la estrechez
de la parálisis
miro la puerta y lloro
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